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Desde que la epidemia de coronavirus empezara en China, más de 50 millones de personas se han visto obligadas a permanecer en cuarentena. Podemos definir a esta última como el periodo de aislamiento y restricción de movimientos de personas que potencialmente han estado expuestas a una enfermedad contagiosa.
Con la actual contingencia, las autoridades empiezan a darse cuenta de que el aislamiento de la cuarentena tiene consecuencias en la salud mental de la población. Somos entes sociales, y como tal tendríamos que desenvolvernos, sin embargo, ante una emergencia como la que vivimos con el COVID19, nuestra estabilidad psicológica se puede ver afectada.
Un estudio publicado por la revista británica Lancet abordó el miedo y la soledad que afrontan quienes se enfrentan a una cuarentena como consecuencia del coronavirus. Los factores que más estresan a las personas aisladas son no conocer el tiempo que va a durar la cuarentena, temores a infectarse, frustración, aburrimiento, suministros o información inadecuados, posibles pérdidas financieras y que al salir, se queden con el estigma de la enfermedad.
Otro estudio desarrollado por la Universidad Complutense muestra que un elevado porcentaje de personas experimenta síntomas intrusivos (alerta y angustia fisiológica) y reacciones de ansiedad. Con menos frecuencia, aunque también en porcentajes elevados, tienen problemas para dormir y síntomas depresivos. La sintomatología mencionada puede corresponder a un cuadro de estrés agudo.
La realidad es que aunque la recomendación de permanecer en casa tiene la intención de evitar contagios y la propagación de la enfermedad, la Asociación Americana de Psicología (APA por sus siglas en inglés) indica que pasar días, semanas e incluso meses en cuarentena con recursos, estimulación y contacto social limitados puede generar: miedo, ansiedad, depresión, aburrimiento, ira, frustración o irritabilidad en los individuos.
*Fuente: BBC, Universidad Complutense, Lancet.
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