¿En qué nos beneficia la telemedicina?


La telemedicina es el suministro de servicios de atención sanitaria en los casos en que la distancia es un factor crítico, llevado a cabo por profesionales sanitarios que utilizan tecnologías de la información y la comunicación para el intercambio de información válida para hacer diagnósticos, prevención y tratamiento de enfermedades, formación continuada de profesionales en atención a la salud, así como para actividades de investigación y evaluación, con el fin de mejorar la salud de las personas y de sus comunidades. 

Se trata de una ciencia abierta y en constante evolución, ya que incorpora nuevos avances en la tecnología y responde y se adapta a las cambiantes necesidades de salud y contextos de la sociedad.

Esta tecnología ha demostrado tener un gran impacto en la salud. Evita los desplazamientos innecesarios de los pacientes al centro de atención especializado; reduce los costos y los riesgos asociados con la movilización, no solo de los pacientes y sus cuidadores, sino también de los profesionales de la salud; disminuye los días de hospitalización de los pacientes; facilita el flujo de la información en y entre las instituciones, y la prestación de atención en sitios remotos y aislados, y además promueve la capacitación continua de los profesionales de la salud. 

No es un nuevo acto médico, ni intenta sustituir los métodos tradicionales, sino que se convierte en otra herramienta para el médico que, utilizada correctamente, puede ser de gran ayuda para mejorar los servicios prestados. 

Esta modalidad científica favorece el trabajo en equipo de los distintos profesionales implicados, ayudando en las interconsultas y motivando la obtención más sencilla de una segunda opinión. También hay que destacar la facilidad de compartir datos sanitarios de pacientes a través de cualquier red, que puede permitir facilitar la coordinación, sobre todo, entre la asistencia primaria y la especializada. 

Sin duda alguna la telemedicina ha sido de gran utilidad para la conexión de las instituciones de salud con las comunidades remotas y rurales aisladas geográficamente, para el diagnóstico en niños y adultos y para el tratamiento quirúrgico o clínico a distancia. También para el tratamiento y seguimiento de pacientes de edad avanzada, con enfermedades crónicas que requieren tratamiento médico o de rehabilitación a largo plazo, y para aquellos con limitaciones físicas o geográficas para desplazarse, en quienes facilita el seguimiento permanente y garantiza la continuidad en el tratamiento. 

*Fuente: El hospital, Gobierno de México.

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